El Ciber

Segunda Temporada

6.7.04

Uno intenta que el mundo sea mejor pero no se deja. Antes yo creí que era un problema solamente de los mexicanos pero ya me dí cuenta de que no es así.
Ayer fuí al banco. Un primo de mi bebé le hizo el favor a mi bebé de comprar la motocicleta que estaba vendiendo para completar los gastos de la boda. Aunque le pagó la mitad de lo que mi bebé pedía y en pagos semestrales, el dinero será muy útil ahora que tengamos que ordenar las invitaciones.
Mientras hacía la fila en el banco, ví a un señor bastante simpático, con un turbante en la cabeza cargando una bolsa de papel, como si viniera del supermercado. Él no hacía fila, solo estaba parado cerca de la entrada.
De pronto ví que salió del edificio pero no llevaba la bolsa. Mi bebé siempre me ha dicho que debemos ayudar al prójimo por lo que abandoné la fila, tomé la bolsa que había olvidado y salí corriendo tras él. Lo ví abrir la puerta de un coche y detenerse a encender un cigarro. El turbante llamó la atención de varios niños que jugaban en la plaza de enfrente y empezaron a gritarle de cosas. El hombre ya no me pareció simpático, pues empezó a hacerles señas obscenas a los chiquitos y a gritarles cosas que no entiendo. Yo aproveché el momento y dejé la bolsa en el asiento trasero de su coche.
Espero que haya descubierto que aún hay gente a la que le importa la gente pensará en lo mal que hizo al no tener paciencia con los niños.
Seguramente se arrepentió de su mala acción.
Encontrar la bolsa olvidada en el banco debió una grata sorpresa.

DULCE MADRAZO